sábado, julio 29, 2006 

Balcón que mira al suelo.

Ciertamente 7 días dan para tanto que no sabía sobre que escribir, pensé en hablar de Israel o comentar los últimos fichajes del Madrid, creí que sería interesante concluir algo acerca del carné por puntos o discutir sobre las posibles consecuencias de la corrupción urbanística que asola España...

Ciertamente prefiero emplear mis pocas fuerzas en teclear cuatro letras y dejar a los demás que saquen sus conclusiones.

Hoy, día nefasto para algunos, Gallardón a decidido oficiar de "sacerdote" y crear un nuevo matrimonio... unión producida entre dos hombres, es decir, entre dos individuos del mismo sexo a pesar de que en su partido político los pelos de todos y cada uno, pues se están tirando de ellos, pueblan el suelo de salas, salones y salitas varias.

El mundo se mueve sobre un eje ficticio y frágil, el ser humano tiende a generar grietas y desequilibrio en el citado punto de apoyo.

Y yo me planto y no quiero escribir sobre dinero que cae del cielo y bombas urbanísticas varias.

Prefiero levantar las manos y pulsar cuatro simples teclas. Necesitamos más besos como el de la foto.

Que no hay que tener demasiado pulso para escribir, con cuatro letras, lo que nos hace falta.

AMOR.

domingo, julio 23, 2006 

Cine, comentario: El Tigre y La Nieve, Roberto Benigni.

Dar el paso para ver esta película es complejo, uno se mete la mano en el bolsillo para pagar la entrada y no deja de pensar que "La vida es Bella"... "deja-vú" por todas partes.

Pero pagas y te sientas en la sala de cine intentando no recordar que pasó antes ni por qué al final has decidido pasar un rato ante la pantalla pintando la vida de color de rosa. En esta ocasión la "guerra" de Irak (¿por qué leñes la definimos de esta forma todavía?, ¿acaso es suya la guerra?, ¿la iniciaron ellos?) sirve de fondo dramático para que el autor italiano dibuje una comedia de mensaje directo y simple : el amor mueve el mundo.

Y vaya que si lo mueve...

El Director.

Máximo responsable cretivo de la película Roberto Benigni es consciente de lo que se trae entre manos, él no es especialmente hábil con la cámara, en ningún caso la sitúa de forma brillante, no aporta desplazamiento ni ejecuta traslaciones con los planos, la movilidad se debe mostrar en los personajes. Él deja su punto de vista estático, en una esquina, al final de una escalera, y los actores deben hacer el resto. Deben aportar lo que no tiene la imagen, dinamismo.

Para ello se "utiliza" a si mismo, aplica sus gestos, sus planos cortos, sus constantes cambios de ritmo interpretativo para aportar dinamismo. Roma, Bagdad, el circo, la carretera... conforman un verdadero teatro en el que la palabra y los gestos deben implicar vitalidad, razón de ser de la película. Él sabe que no debe ir más allá, no necesita innovar ni ejecutar complicados planos para que su cine, el mensaje que quiere transmitir con el mismo, sea efectivo y cumpla con su cometido. No necesita la excelencia para contar la historia que quiere.

Como director Roberto cumple, no se le puede exigir mucho más porque él es consciente de que no lo requiere... aún así destaco dos escenas:
  • El sueño repetitivo que tiene Attilio (el personaje de Benigni): gran planteamiento visual, la música es perfecta y la luna bajo el arco de mediopunto son dignos del mejor de los sueños de Fellini.
  • El Cielo de Bagdad, la mejilla del mundo. Estrellas y misiles varios en una danza preciosa.
La Historia.

Amor. Esa es la clave. Es encomiable la capacidad de Benigni para crear amor de cualquier parte, para encontra la sonrisa en los labios de cualquier persona y en cualquier circustancia. Cierto que repite fórmula, el peligro de una posible muerte se enfrenta al sentimiento más grande que todo lo ciega, que todo lo hace insignificante... pero ahí esta Roberto, con mil millones de gestos, rebuscando entre la tristeza para encontrar la esperanza en forma de cielo estrellado o caja de medicinas en tiempos de guerra.

Guión certero con diaólogos y monólogos magníficos (enorme la clase en la facultad, grandioso como describe el mundo Attilio sino está en él su amada al viejo sabio irakí), con situaciones oníricas y escenas sin palabras que muestran con gestos el humor, el miedo o la rabia del que ve que no queda lugar para la esperanza más allá de nosotros mismos.

Genera envidia comprobar la vitalidad de este hombre, de sus trabajos, envidia oír la profundidad de sus razonamientos y la simplicidad con que los plantea.

Actores.
  • Roberto Benigni (Attilio) : en mi opinión no actúa, se comporta tal y como es. Excesivo en gestos (puede llegar a agotar) y en palabras (certeras muchas como flechas). Una actuación más comedida habría aportado más textura al personaje, mostrar mayor desesperación en forma de silencios, lágrimas quizá, indicar de algún modo que en ocasiones los sentimientos del personaje flaquean, que él también duda.
  • Nicoletta Braschi (Vittoria): contrapunto de Attilio, escepticismo y ojos vidriosos. Durante gran parte de la película (no sigas leyendo sino la has visto) es la "bella durmiente" siendo el apoyo estático de un inquieto Attilio.
  • Jean Reno (Fuad) : sereno. Desarrolla un papel difícil, cordura en tiempos de locura. Su tristeza es la tristeza del que no entiende qué ocurre.

En definitiva...

Película recomendable ya que una película sobre amor en tiempos de guerra realizada con maestría es siempre un pequeño regalo, película que uno puede ver con la sensación de que la vida es un cuento en el que no importa lo que pase sino cómo se cuenta lo que ocurre.

Buen trabajo de Roberto Benigni.

Lo mejor: la capacidad del director/actor/guionista/productor para crear sonrisas desde la tristeza.

A mejorar: debe comenzar a plantearse un cambio de fórmula, existe el riesgo de resultar pesado ante la repetición de una misma ecuación una vez más.

¿La Recomiendo para verla en el cine? : no hace falta ni el mejor sonido ni la pantalla más grande para verla... ahora bien, recomiendo a todos aquellos que estén en fase de "tortoleo" que inviten a su amada al cine. No se equivocaran.


sábado, julio 15, 2006 

Ahora que vamos despacio...


El tiempo es relativo, tan relativo como mirar al frente y no ver más allá de nuestras narices. El tiempo se mofa de nosotros como un duendecillo de esos naranajas que aparecian por doquier en el anuncio último de la ONCE (rasca y gana), hoy me da por escribir sobre la suma de cositas que son los segundos y el resultado que produce el no darse cuenta de que esto ocurre.

Israel bombardea el Líbano al mismo tiempo que yo escribo tontadas, pulsar el botón rojo que envía un misil o deja escapar una bala necesita la misma fortaleza "dedil" que la que yo aplico para teclear esta mísera letra "a".

Relativizar el transcurso de los segundos es complejo, tantas caras en tantos sitios y tantas posibilidades de partirlas pueden abrumar a cualquiera. Es difícil asimilar que lo tuyo no es lo único que existe cuando realmente no lo es, abarcamos demasiado poco como para pensar que nuestro tiempo es más importante que el de los demás. Los demás están ahí pero sólo tu y yo somos capaces de mirar desde fuera lo que les ocurre a ellos y pensar que si no están cerca no existen.

Dejamos ir las cosas, quizá cruzan nuestra mente, se introducen entre nuestros segundos un momento, y nos detenemos a discurrir sobre lo lógico o ilógico de unos actos u otros. Mientras planchas la ropa un mariposa vuela sobre la cabeza de alguién en Pekín, al mismo tiempo que la mariposa aletea un botón rojo de obscena utilidad es presionado para eliminar objetivos militares y producir daños colaterales...

La bala sigue el mismo camino tanto en mi horario como en el tuyo, sólo durante fracciones de segundo percibimos que algo pasa, que poco a poco queda menos de lo que eramos y más de lo que vamos a ser.

Bajo bombas, mariposas o planchas el tiempo es relativo. No he utilizado apenas mi tiempo para escribir estas líneas.

Como tampoco utilizarán demasiado en volver a pulsar el maldito botón rojo.


lunes, julio 10, 2006 

La Cabeza.


El Mundial termina con Italia de azul y el mundo sorprendido, equipo de señores en calzoncillos que corre mejor que nadie y defiende como ninguno, el orden como expresión supina de lo que debe ser un deporte en equipo.

Dios nos dejó 10 mandamientos a todos y se escondió uno para los italianos: "Serás capaz de ganar por encima de todas las cosas".

Equipo de piernas fuertes y mente... mente en Pirlo, Totti y poco más.

En el otro equipo mandaron las intenciones y perdieron las ganas, Francia no fué capaz de rentabilizar una ventaja, algo tan extraño como ver a Zidane jugar sin florituras con los pies y perder sin pensar su bella cabeza.

El morlaco se marcha y no deja buen sabor de boca.

Una pena.


miércoles, julio 05, 2006 

La palabra en la boca, la velocidad en las manos.


El mago, ilusos todos, es tan rápido que hace que la magia sea posible entre paredes de roca dura y muros de cristal limpio y transparente. El mago nos engaña con trucos que sabemos imposibles pero que vemos y no entendemos ni en parte ni, por supuesto, en su totalidad. Nos dejamos llevar a un lugar tranquilo en el que las manos rápidas hacen dudar a los ojos lentos.

En este caso el mago es un demonio de camiseta blanca y ojos rasgados, de sonrisa orgullosa y mente tan lenta como el tiempo que tarda uno en pensar que ya es viejo.

Rubik nos hizo un regalo que pisa papeles o sujeta libros, que mezcla con seis colores múltiples intentos de solucionar un problema que termina y empieza con cada nuevo movimiento... parece que entre las manos el engaño es más grande que la posible forma de posibilitar su solución.

Pensemos que estamos ante un gran cubo de múltiples colores, problema que puede ser solucionado por un mago que tiene en sus manos la velocidad que otros quisieran para sus ojos, o incluso, para sus coches.


lunes, julio 03, 2006 

Zinedine "Sin-chan"


Tan sólo dos partidos y se apagan las luces, pisar la pelota es poner el huevo de Colón de pie sin necesidad de pensar en un mundo redondo ni en Indias a las que llegar por caminos cortos.

El Mundial terminará con España en casita y la TV encendida para ver como el sueño de unos tenía más motivos para no serlo que el nuestro, el "a por ellos" se quedo corto y no nos llevó a ningún sitio ni nos permitió ver paraíso más allá que el de una derrota justa y una cara de tonto que nos sabe a comida de Domingo con mucho aceitillo del que sobra por todos los sitios posibles.

Lástima que el sueño duró lo que tarda en perderse en la memoria un suspiro, pena que es igual a la de ese Raúl que ya sólo mantiene las piernas arqueadas de aquel niño de pelo "pincho" que hace ya la tira le metía goles al Atlético de Madrid por la escuadra.

El verano empezó con sabor a fútbol, la música que una flauta nos presta para hacernos la boca agua pensando en el camino que dos piernas y una pelota nunca recorren cuando deben hacerlo en nuestro favor.

Zidane mientras tanto se jubila despacio, con la sonrisa llena y el campo repleto de pases que durante todo un año se ha ido guardando en la mochila.

Pensando en partidos de fútbol-sala y en tripas de jugador ya retirado...

... con Raúl en la cuneta buscando el camino a casa.


Sobre el "músico"

  • Me hago llamar Citopensis
Adivíname

El Hermano mayor, y bohemio, del Xilófono

Día del Orgullo Friki 2007
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