El Xilófono

Desde cierto punto de vista el que no conoce no duda, porque dudar es preguntarte a ti mismo si lo que haces se puede hacer, o explicar, de otra manera. Por eso me sorprende comprobar cómo ya en 1946 en cierto lugar del mundo no sólo se preocupaban por imaginar por los demás sino que también dedicaban el tiempo en responder a las posibles dudas que un fenómeno totalmente fisiológico podría provocar en aquellas que por una razón u otra no llegaran a entenderlo.

La menstruación ha sido durante un montón de tiempo (y en esta palabra caben tantos segundos, minutos, horas, días...) un echo ciertamente incómodo e incomprendido. Aún ahora ciertas costumbres, ciertos comentarios, parece que quieren convertir algo normal en una cosa que no lo parece.

A un servidor en ocasiones le provoca cierta indignación comprobar cómo la naturalidad se pierde al hablar de lo natural. Por eso este pequeño corto me parece una obra maestra, un regalo que indica un camino porque el que debe transcurrir toda forma de duda o desconocimiento.

No creo que haya mejor forma de dejar de dudar que preguntar acerca de lo que no sabemos, o en cualquier caso, dejar que nos instruyan de tal manera que lo normal no deje nunca de serlo.

El problema es que 1946 pasó hace ya tiempo, demasiado, a la historia...