"Dolor de brazo, luego Infarto"
Ayer, mientras conducía pizpireto por la tan amada por mi parte M-50 escuche estupefacto que Carod Rovira había sido ingresado de urgencia por una leve angina de pecho... "¡Angina de pecho!" pensé, y justo tras pensar esto no pude evitar tirar de maletín mental y caer en una sencilla cuenta. "Angina de pecho, dolor de brazo... corazón enfermo, corazón órgano impar, corazón que por ser uno sólo está a un lado en el tórax siendo ese lado el izquierdo."
Muy bonito, ¿verdad?, que juguetona es la salud que a un señor como Carod, tan a la izquierda política que casi se sale del panel de juego, un órgano impar e izquierdo, repito izquierdo, le pegue un susto. Humor del fino.
Los médicos le dirán que rebaje su estrés (imaginemos que uno de los galenos, por un casual, le recete pensar antes de hablar o buscar antes que encontrar) y modifique sus hábitos de vida. Puede que al modificar sus hábitos se modifiquen también los de gran parte del resto de políticos españoles, que todos caigan en un relajo sin fin en el que los dirigentes del PP se digan unos a otros "No digas eso de Cataluña hombre, que Carod un día nos da un susto..." e incluso Ibarra, desde Extremadura, le invite a una saludable comida campera en el Jerte para recordar con sorna como ambos colaboraron al estres nacional (de naciones).
Unos minutos después de haber oído la noticia, con el coche ya aparcado, pensé que Carod es un político necesario (me asusté al principio, lo reconozco). Que el hombre defiende sus ideas (él es nacionalista e independentista) y prefiere decir lo que piensa aunque eso nos estrese (que conste que no digo que esté de acuerdo con lo que dice, con lo que intenta hacer). Que al fin y al cabo para algo se hizo político, que le votaron para defender aquello en lo que él y los que le votaron creen (el verbo creer me fascina).
Quizá por eso me sorprendió tanto la noticia al oirla al volante. Carod es un político al que todo el mundo discute e incluso odia, indeseable en muchos sitios... por eso puede que el corazón, su "órgano de izquierdas", le esté echando la bronca.
Muy bonito, ¿verdad?, que juguetona es la salud que a un señor como Carod, tan a la izquierda política que casi se sale del panel de juego, un órgano impar e izquierdo, repito izquierdo, le pegue un susto. Humor del fino.
Los médicos le dirán que rebaje su estrés (imaginemos que uno de los galenos, por un casual, le recete pensar antes de hablar o buscar antes que encontrar) y modifique sus hábitos de vida. Puede que al modificar sus hábitos se modifiquen también los de gran parte del resto de políticos españoles, que todos caigan en un relajo sin fin en el que los dirigentes del PP se digan unos a otros "No digas eso de Cataluña hombre, que Carod un día nos da un susto..." e incluso Ibarra, desde Extremadura, le invite a una saludable comida campera en el Jerte para recordar con sorna como ambos colaboraron al estres nacional (de naciones).
Unos minutos después de haber oído la noticia, con el coche ya aparcado, pensé que Carod es un político necesario (me asusté al principio, lo reconozco). Que el hombre defiende sus ideas (él es nacionalista e independentista) y prefiere decir lo que piensa aunque eso nos estrese (que conste que no digo que esté de acuerdo con lo que dice, con lo que intenta hacer). Que al fin y al cabo para algo se hizo político, que le votaron para defender aquello en lo que él y los que le votaron creen (el verbo creer me fascina).
Quizá por eso me sorprendió tanto la noticia al oirla al volante. Carod es un político al que todo el mundo discute e incluso odia, indeseable en muchos sitios... por eso puede que el corazón, su "órgano de izquierdas", le esté echando la bronca.